Tres décadas transcurrieron ya desde que María Isabel "Chicha" Chorobik de Mariani comenzó a buscar desesperadamente a su nieta Clara Anahí. La nenita de tres meses fue secuestrada por la última dictadura militar luego de perpetrar un ataque a balazos, mediante sus fuerzas represoras, en el hogar en dónde vivía con sus padres. Sus progenitores junto a otras dos personas fueron asesinados, pero el bebé se salvó. Y aún, no se sabe su real identidad.
Su abuela, quien a sus más de 80 años todavía la busca, luego de deambular en 1977 por comisarías, iglesias y juzgados, encontró en una asesoría de menores a una de las escasas personas que desde la función pública intentaron ayudar a los familiares de desaparecidos: Lidia Pegenaute. La asesora investigó y confirmó que su nieta estaba viva, además le aconsejó a "Chicha" que se juntara con otras mujeres en situaciones similares; incluso le mencionó a dos que ella conocía.
"Chicha" Mariani se reunió con Licha de la Cuadra quién, a su vez, tenía una nieta que había nacido en un centro clandestino de detención. Mariani le explicó a Licha la idea de emprender una búsqueda conjunta con todas las abuelas a las que el terrorismo de Estado les había robado a sus nietos. Fue así, entonces, que acordaron manifestarse en la plaza San Martín el 21 de noviembre de 1977, día en que Cyrus Vance, el secretario de Estado del gobierno de EEUU, enviado por el presidente Carter para seguir de cerca la situación de los derechos humanos en Argentina, colocaría unas flores frente al monumento al Libertador argentino.
En los días previos a la llegada del funcionario estadounidense, se sumaron a la idea de "Chicha" Mariani aquellas Madres de Plaza de Mayo cuyas hijas desaparecidas estaban embarazadas al momento de ser secuestradas. Asimismo, "las abuelas" ya estaban conformadas por más de una decena de integrantes. Finalmente, cuando llegó el 21 de noviembre, las Abuelas y las Madres de desaparecidos eran más de un centenar. Llevaban inscripciones alusivas a desaparecidos, pañuelos blancos en sus cabezas y así empezaron a cantar y gritar cuando Vance se hizo presente en la plaza San Martín. Parte de la prensa se hizo eco del episodio, con lo cual representó un logro para sendas agrupaciones.
Así se inició una lucha dolorosa, que no pudo esquivar la desesperanza, ni la indignación, pero que aún persiste. Y vaya que logró parte de su cometido: ya son casi noventa los nietos que recuperaron su identidad. No obstante, según asegura la agrupación liderada por Estela de Carlotto todavía faltan más de cuatrocientos.
Casi 30 años de andar y andar; "casi" porque si se toma como punto de partida su primera manifestación pública realizada en noviembre, aún faltan unos días. El 22 de octubre, en realidad, fue elegido porque es el cumpleaños de su presidenta, Estela de Carlotto, quién asumió la titularidad de la agrupación a partir de 1989 cuando, por discrepancias internas, "Chicha" Mariani dejó Abuelas junto a otras integrantes. Desde aquel momento decidieron celebrar su nacimiento el 22.
Las "Abuelas argentinas de nietitos desaparecidos", como se autodenominaron en un comienzo, son un ejemplo a seguir: siempre reclamando en forma pacífica, con una paciencia infinita, con un corazón de hierro y con una entereza a prueba de todo. Aquí entonces un sentido homenaje a ustedes: Abuelas de Plaza de Mayo, las abuelas de todos los argentinos que exclaman JUSTICIA. [AOLL]
Querida nieta:
Soy tu abuela “Chicha” Chorobik de Mariani, te busco desde el momento en que Etchecolatz, Camps y su tropa mataron a tu madre y te secuestraron de tu hogar en la calle 30 nº 1134 de la Plata, República Argentina. Era el 24 de noviembre de 1976 y tenías 3 meses de edad. Desde ese momento con tu padre te buscamos hasta que a él también lo asesinaron.
A pesar de que trataron de convencerme de que habías muerto en la balacera, yo sabía que estabas viva. Hoy está comprobado que sobreviviste y estás en poder de alguien. Ya tienes 31 años y tu número de documento probablemente sea cercano al 25.476.305 con el que te anotamos. Yo quisiera pedirte que busques fotos de cuando eras bebé y las compares con las que acompañan este texto.
Quiero contarte que tu abuelo paterno se dedicó a la música y yo a las artes plásticas; que tus abuelos maternos se dedicaron a las ciencias, que tu mamá amaba la literatura y tu papá era licenciado en economía. Ambos tenían un gran sentido de la solidaridad y compromiso con la sociedad. Algo de todo esto tendrás en tus inclinaciones de vida porque, a pesar de que hayas sido criada en un hogar distinto, uno guarda internamente los genes de sus antepasados. Seguramente hay muchas preguntas sin respuesta que aletean en tu interior.
A mis más de 80 años mi aspiración es abrazarte y reconocerme en tu mirada, me gustaría que vinieras hacia mí para que esta larga búsqueda se concretara en el mayor anhelo que me mantiene en pié, el que nos encontremos.
Su abuela, quien a sus más de 80 años todavía la busca, luego de deambular en 1977 por comisarías, iglesias y juzgados, encontró en una asesoría de menores a una de las escasas personas que desde la función pública intentaron ayudar a los familiares de desaparecidos: Lidia Pegenaute. La asesora investigó y confirmó que su nieta estaba viva, además le aconsejó a "Chicha" que se juntara con otras mujeres en situaciones similares; incluso le mencionó a dos que ella conocía.
"Chicha" Mariani se reunió con Licha de la Cuadra quién, a su vez, tenía una nieta que había nacido en un centro clandestino de detención. Mariani le explicó a Licha la idea de emprender una búsqueda conjunta con todas las abuelas a las que el terrorismo de Estado les había robado a sus nietos. Fue así, entonces, que acordaron manifestarse en la plaza San Martín el 21 de noviembre de 1977, día en que Cyrus Vance, el secretario de Estado del gobierno de EEUU, enviado por el presidente Carter para seguir de cerca la situación de los derechos humanos en Argentina, colocaría unas flores frente al monumento al Libertador argentino.
En los días previos a la llegada del funcionario estadounidense, se sumaron a la idea de "Chicha" Mariani aquellas Madres de Plaza de Mayo cuyas hijas desaparecidas estaban embarazadas al momento de ser secuestradas. Asimismo, "las abuelas" ya estaban conformadas por más de una decena de integrantes. Finalmente, cuando llegó el 21 de noviembre, las Abuelas y las Madres de desaparecidos eran más de un centenar. Llevaban inscripciones alusivas a desaparecidos, pañuelos blancos en sus cabezas y así empezaron a cantar y gritar cuando Vance se hizo presente en la plaza San Martín. Parte de la prensa se hizo eco del episodio, con lo cual representó un logro para sendas agrupaciones.
Así se inició una lucha dolorosa, que no pudo esquivar la desesperanza, ni la indignación, pero que aún persiste. Y vaya que logró parte de su cometido: ya son casi noventa los nietos que recuperaron su identidad. No obstante, según asegura la agrupación liderada por Estela de Carlotto todavía faltan más de cuatrocientos.
Casi 30 años de andar y andar; "casi" porque si se toma como punto de partida su primera manifestación pública realizada en noviembre, aún faltan unos días. El 22 de octubre, en realidad, fue elegido porque es el cumpleaños de su presidenta, Estela de Carlotto, quién asumió la titularidad de la agrupación a partir de 1989 cuando, por discrepancias internas, "Chicha" Mariani dejó Abuelas junto a otras integrantes. Desde aquel momento decidieron celebrar su nacimiento el 22.
Las "Abuelas argentinas de nietitos desaparecidos", como se autodenominaron en un comienzo, son un ejemplo a seguir: siempre reclamando en forma pacífica, con una paciencia infinita, con un corazón de hierro y con una entereza a prueba de todo. Aquí entonces un sentido homenaje a ustedes: Abuelas de Plaza de Mayo, las abuelas de todos los argentinos que exclaman JUSTICIA. [AOLL]
Querida nieta:
Soy tu abuela “Chicha” Chorobik de Mariani, te busco desde el momento en que Etchecolatz, Camps y su tropa mataron a tu madre y te secuestraron de tu hogar en la calle 30 nº 1134 de la Plata, República Argentina. Era el 24 de noviembre de 1976 y tenías 3 meses de edad. Desde ese momento con tu padre te buscamos hasta que a él también lo asesinaron.
A pesar de que trataron de convencerme de que habías muerto en la balacera, yo sabía que estabas viva. Hoy está comprobado que sobreviviste y estás en poder de alguien. Ya tienes 31 años y tu número de documento probablemente sea cercano al 25.476.305 con el que te anotamos. Yo quisiera pedirte que busques fotos de cuando eras bebé y las compares con las que acompañan este texto.
Quiero contarte que tu abuelo paterno se dedicó a la música y yo a las artes plásticas; que tus abuelos maternos se dedicaron a las ciencias, que tu mamá amaba la literatura y tu papá era licenciado en economía. Ambos tenían un gran sentido de la solidaridad y compromiso con la sociedad. Algo de todo esto tendrás en tus inclinaciones de vida porque, a pesar de que hayas sido criada en un hogar distinto, uno guarda internamente los genes de sus antepasados. Seguramente hay muchas preguntas sin respuesta que aletean en tu interior.
A mis más de 80 años mi aspiración es abrazarte y reconocerme en tu mirada, me gustaría que vinieras hacia mí para que esta larga búsqueda se concretara en el mayor anhelo que me mantiene en pié, el que nos encontremos.
Clara Anahí, mientras te espero seguiré buscándote.
Te abraza, tu abuela “Chicha" Mariani
Mail de 'Chicha': mariaisabelchorobik@sinectis.com.arHoracio Fontova: Resistiré