Estela de Carlotto: "Me falta encontrar a mi nieto" La presidente de Abuelas de Plaza de Mayo busca a su primer nieto desde 1978. El plan de exterminio sistemático de la dictadura, cortó su vida en un antes y un después. El secuestro de su marido, el de su hija, su nieto, los fue reconstruyendo con el relato de otros. Aquí, su testimonio.
Tenía 45 años y vivía en su casa de La Plata, junto a Guido y Reno, sus dos hijos menores, y su marido Guido, el 24 de marzo de 1976. Hacía poco que Claudia, su segunda hija, se había casado a pesar de sus jóvenes 18 años. La mayor, Laura, de 22, ya hacía cuatro años que vivía con su esposo. Estela, además, trabajaba como directora de una escuela primaria en su ciudad.
Carlotto se reconoce como una mujer “fuerte” que trabajó desde los 20 años y crió cuatro hijos, pero cuando sucedió el golpe de Estado, su vida se tiñó de terror.
En doce meses –desde el 1 de agosto de 1977, cuando secuestraron a su marido, hasta el 25 de agosto de 1978, el día en que le entregaron el cuerpo de Laura- Carlotto fue golpeada directamente por el terrorismo de Estado. Y cuando en el país todavía se festejaba el Mundial de fútbol, ella comenzaba un larguísimo camino: la búsqueda de ese primer nieto, ese hijo varón que Laura había parido en cautiverio y bautizado como su padre.
Treinta años después, la mujer que desde la presidencia de la Asociación de Abuelas de Plaza de Mayo es el símbolo de la búsqueda de los nietos desaparecidos, conversó con Terra para contar su testimonio.
¿Cómo era su vida en marzo de 1976?
El 76 me encuentra con dos hijas casadas, y en la Universidad. Laura estudiaba el Profesorado de Historia y Claudia, Medicina. Las dos empezaron a militar por los 70 en los centros de estudiantes, luchando en oposición al régimen de la Triple A. Conversábamos mucho porque teníamos temor y había riesgos. Nosotros queríamos que desistieran de su práctica política. Le dábamos consejos a la usanza nuestra.
Mi marido charlaba mucho con Laura porque trabajaban juntos en el negocio (una pequeña fábrica de pinturas creada por el Sr. Carlotto). Le pedíamos que se vaya del país. En la Plata la cacería era permanente y a la luz del día.
En 1977, el lunes 1 de agosto, Guido va a buscar su camioneta a la casa de la cual Laura acababa de mudarse y es secuestrado. Ahí es la primera vez que busco un desaparecido. Golpeo puertas, me movilizo. El martes me piden 40 millones para salvarle la vida que era una fortuna, salí a vender, cobrar, pedir. El miércoles entregué el dinero en la hora y el lugar que me habían dicho. No sé si le salvó la vida. Es liberado veinticinco días después en muy malas condiciones, y contó por horas los horrores que vivió y vio.
Laura
Tras el secuestro del padre, la hija mayor entiende que es a ella a quien buscan y se va de La Plata con su marido. La familia pierde contacto hasta que se enteran que la pareja fue secuestrada en Buenos Aires, el 26 de noviembre del 77.
Ella estaba en prensa de Montoneros. Primero pasó por la ESMA y luego, a La Cacha, un centro que estaba en los galpones del Radio Provincia de La Plata, y luego a dos cárceles legales de Olmos. Nueve meses la tuvieron secuestrada, estaba embarazada y no lo sabíamos.
El bebé nació en junio del 78, se lo quitaron a las pocas horas y dos meses después la asesinaron, en la madrugada del 25 de agosto del 78. El subcomisario de Isidro Casanova, La Matanza, nos dijo que se la entregó el Ejército. Laura estaba en un furgoneta como NN para ser enterrada si no llegábamos a buscarla. Me entregaron el cuerpo y el documento en perfecto estado. Como todos los casos, figuraban como NN pero sabían perfectamente la identidad de cada desaparecido.
Vivirlo y sentirlo es una llaga eterna. Pero tuve el “privilegio” de tener el cuerpo y velarlo. En el 85 hice una exhumación científica para que el cuerpo de Laura dijera la verdad. Los médicos forenses dijeron que la verdad es que tuvo un bebé, que fue torturada (por el deterioro de la dentadura) , que la mataron fríamente tirada en el suelo, de espalda y con tiros en la cabeza, que le quebraron un brazo.
A ella la trasladaron para tener el hijo en otro lugar. Cuando volvió contó que había tenido un varón, que se lo sacaron a las pocas horas, que le dijeron que me lo iban a entregar y después ella se dio cuenta que no era así porque le decían que yo no lo quería. Todo esto se lo iba contando a las compañeras y algunas fueron liberadas y me fui encontrando en estos años a lo largo del mundo con estas liberadas y he armado la historia lo más completa posible. Lo que me falta es encontrarlo.
Carlotto cuenta que en 1978, tras 28 años de docente, se jubiló “con la ilusión de criar a mi nieto y esperando el regreso de Laura”.
Así como busqué a Guido y a Laura en soledad, tuve el buen consejo de que me uniera, porque ya había mujeres haciendo lo mismo que eran madres y abuelas y me arrimé al grupo de La Plata. No conocía a nadie pero teníamos el mismo dolor. Empecé a venir a Buenos Aires y desde entonces esto es mi vida. Unirme a Abuelas fue el vehículo de mi búsqueda, de sentirme acompañada, útil.
Fuimos evolucionando. No es lo mismo buscar bebés que hombres y mujeres como hoy. No es lo mismo dictadura que gobiernos constitucionales; no era lo mismo estar en soledad que un respaldo muy fuerte nacional e internacional.
En Abuelas tienen registradas 240 denuncias de nietos desaparecidos y estiman que la dictadura dejó 500 casos en total. Ya recuperaron 82 nietos. Y Carlotto aconseja a quienes fueron apropiados o adoptados y desconocen su identidad: "No se queden con la duda, investiguen, tienen derecho a la verdad por sobre todas las cosas". [Terra, Inés Ambrosini]
Laura Estela Carlotto
Detenida-Desaparecida
en Noviembre 1977
Tenía 23 años
Laura fue secuestrada con su compañero en La Plata en Noviembre de 1977, estaba embarazada de dos meses y medio. Fue vista en el CCD La Cacha (en La Plata) por varios testigos. Se sabe que al mes del secuestro, el compañero fue asesinado, y a ella la dejaron vivir hasta tener su bebé que nació el 26 de junio en 1978. Para tenerlo fue desplazada al hospital militar central en Buenos Aires. Una vez que dio a luz, le quitaron inmediatamente el bebé y la regresaron sola a La Cacha.
Dos meses después del nacimiento de su niño, Laura fue sacada del campo de concentración junto con otro compañero y fue asesinada en una ruta del gran Buenos Aires. El cuerpo le fue entregado a su madre, Estela de Carlotto, el mismo día de su asesinato (algo muy inusual).
El niño de Laura, Guido, ya es un hombre de 22 años, y no se sabe dónde está.
Suarez Mason fue condenado en Italia por su asesinato.
